Cuando aún resuenan los ecos de la actuación argentina en la Championship Santiago Phelan diseña el plantel para los compromisos de la segunda ventana internacional que llevará a los Pumas, en pocos días más, a recorrer Gales, Francia e Irlanda. ¿Quiénes serán los convocados? Es una pregunta que el propio entrenador argentino aún debe estar analizando, y considerando no solamente el rendimiento deportivo, también debe poner en el balance los intereses y relaciones de la UAR, los jugadores y sus clubes.
Obligados por cláusulas puntuales de la IRB las instituciones europeas debieron ceder jugadores, y tienen que volver a hacerlo el mes próximo. Para evitar roces que dejen a nuestros rugbiers en medio de esta disputa, Phelan para la primera ventana de este año evitó llamar a quienes necesitaría para el Cuatro Naciones. Enfrentó a Italia y Francia con un plantel distinto al que podría volver a recurrir para cerrar el año. Pero, esto representaría dar ventajas ante rivales que estarán con sus mejores jugadores, y Argentina necesita recoger buenos resultados para mantenerse lo más alto posible en el ranking de la IRB que, en su momento, definirá las cabezas de serie para el próximo mundial.
Los jugadores, como parte interesada, esta semana pidieron ser escuchados. Uno de los más experimentados, Patricio Albacete, salió sorpresivamente a fijar posición. “Siempre que negociamos los premios nos dicen que no hay plata – comentó en un reportaje publicado el jueves por La Nación, y si bien habló en nombre personal nombró a varios de sus compañeros al señalar que debieron resignar dinero en sus clubes por los compromisos con la selección. “Uno quiere tratar de compensar la pérdida que tuvieron algunos jugadores como Manucho Carizza, Euse Guiñazú, Horacio Agulla, u otros, que tuvieron que bajar la plata de sus sueldos para jugar la Championship. Los premios son una compensación por el dinero que los jugadores perdieron”.
Sería un grave error soslayar semejante reclamo, realizado en un momento de gran debilidad institucional de la UAR, cuando aún no se ha aclarado debidamente la estafa que sufrió y costó, al menos, 2 millones de pesos a las arcas del rugby argentino. Las declaraciones del segunda línea cayeron como una bomba cuyas esquirlas se esparcieron por todos lados dejando en claro que existe malestar en muchos jugadores que desean aclarar cosas antes de ser nuevamente convocados. Es un nuevo condicionamiento para Phelan a la hora de armar la lista de quienes participarán en el tour europeo.